Tanto las fracturas abiertas como las cerradas requieren atención médica inmediata. Dado que difieren enormemente en varias formas, aprender a distinguir entre los dos es fundamental para desarrollar un plan de atención médica adecuado.
Tabla de resumen
Fractura abierta | Fractura cerrada |
También se llama fractura compuesta. | También se llama fractura simple |
Manifestado por una rotura en la piel. | Manifestado por hinchazón de la piel, hematomas y una deformidad ósea |
Pone al paciente en riesgo de infección. | No pone al paciente en riesgo de infección. |
Las opciones de tratamiento incluyen desbridamiento e irrigación, prescripción de antibióticos, injertos de piel, colgajo libre, colgajo local, fijación interna y fijación externa. | Las opciones de tratamiento incluyen inmovilización con yeso, fijación interna y fijación externa |
Mayor tiempo de curación | Menor tiempo de curación |
Definiciones
Un fractura abierta, comúnmente conocida como fractura compuesta, es un tipo de fractura caracterizada por una herida abierta en la piel que se superpone a un hueso roto.
Mientras tanto, un fractura cerrada, también conocida como fractura simple, es un tipo de fractura en la que el hueso roto no sobresale de la piel.
Fractura abierta vs cerrada
Ambos pueden caracterizarse por una fractura en el hueso, pero aún existe una gran diferencia entre una fractura abierta y una cerrada.
Terminología
Una fractura abierta se conoce como fractura compuesta, mientras que una fractura cerrada se denomina comúnmente fractura simple.
Manifestaciones clínicas
Una fractura abierta implica una ruptura en la piel, que es causada por la protuberancia de un hueso roto. En casos severos, los tejidos internos y el hueso también pueden quedar expuestos, dependiendo del impacto del incidente que causó la lesión.
Una fractura cerrada, por el contrario, no provoca ninguna rotura de la piel. Sin embargo, los signos visibles como hinchazón de la piel, hematomas y una deformidad ósea suelen estar presentes cerca del hueso fracturado.
Riesgo de infección
A diferencia de una fractura cerrada, una fractura abierta pone al paciente en riesgo de infección debido a la presencia de una herida abierta, que puede ser una vía para la suciedad, las bacterias y otros contaminantes.
Tratamiento
Tanto las fracturas abiertas como las cerradas pueden requerir fijación interna o externa. La fijación interna realinea los huesos mediante el uso de implantes metálicos, mientras que la fijación externa inmoviliza y cura los huesos con la ayuda de clavijas y tornillos metálicos. A pesar de su similitud, todavía existen diferencias significativas en cómo se tratan los dos, dependiendo de la gravedad de la lesión.
El objetivo principal del tratamiento de una fractura abierta es prevenir infecciones y realinear los huesos. El control de infecciones implica el desbridamiento y la irrigación, que se realiza para eliminar todos los posibles contaminantes que ingresaron a la herida abierta. El plan de atención médica para una fractura abierta también incluye el uso de antibióticos. Los tipos más complejos de fracturas abiertas que se caracterizan por una pérdida grave de tejido y piel también pueden requerir trasplantes de piel y tejidos, como injertos de piel, colgajo libre y colgajo local.
En comparación, una fractura cerrada no requiere ninguna de estas medidas. Si bien la fijación interna o la fijación externa es un plan de tratamiento fundamental para las fracturas cerradas graves, los casos más simples pueden tratarse mediante inmovilización con yeso, que promueve la curación y el realineamiento óseo.
Recuperación
El período de recuperación de las fracturas abiertas cerradas depende en gran medida de la gravedad de la fractura. Sin embargo, entre los dos, una fractura abierta tarda más en sanar, ya que afecta el tejido y la piel. Por lo general, una fractura cerrada se puede tratar en cuatro semanas o más, mientras que una fractura abierta tarda meses en recuperarse.